6.- PROFILAXIS:
Habitualmente los reptiles alojan una gran variedad de parásitos. Algunos parásitos son dañinos y otros no. La mayoría de los reptiles en libertad están parasitados y la mayoría de estos animales gozan de buena salud y probablemente no requieran tratamiento. ¿Por qué sin embargo en animales mantenidos en cautividad las cargas parasitarias suelen ser bastante elevadas?
Mientras que en estado salvaje los reptiles tienen un estilo de vida usualmente nómada: buscan comida y refugio diariamente, y raramente regresan a la misma área, y si lo hacen esta ha sido modificada por las condiciones climáticas. En cautividad normalmente los reptiles están limitados a un área delimitada, unos refugios fijos, platos de comida, decoración… Por tanto la probabilidad de una reexposición del animal en cuestión a parásitos externos e internos es mucho mayor, sobre todo en aquellos parásitos que poseen ciclo directo.
En la naturaleza por el contrario los parásitos verían su carga limitada por los citados movimientos del reptil. Los parásitos con ciclo directo no podrían reinfectar a su hospedador y los de ciclo indirecto necesitarían de hospedadores intermediarios para hacerlo. Las cargas parasitarias están mucho más limitadas y suelen ser inofensivas.
En resumen, en libertad poseen un territorio de kilómetros donde están en constante movimiento, defecan en diferentes zonas y no suelen volver a ellas en un tiempo, mientras que en cautividad lo hace en un área limitada, teniendo que descansar prácticamente sobre sus heces, o defecando en su contenedor de agua o comida.
También el estrés provocado por las condiciones de cautiverio tiende a cambiar el equilibrio entre huésped y parásito, teniendo como consecuencia el desarrollo de una enfermedad. Tales factores de estrés, como sobrepoblación, calor o iluminación inadecuados, pocas áreas para ocultarse, problemas de sustrato, dietas alteradas, etc tienden a suprimir el sistema inmunológico del huésped y hacer que dicho individuo se vuelva más susceptible a los efectos de la infestación.
Además, ciertos alimentos a los que no tendrían acceso en estado salvaje, como determinadas especies de peces o anfibios que no encontramos en el lugar de origen, pueden ser huéspedes intermediarios para algunos parásitos y de esta manera se vuelven otra fuente de parasitismo.
Después de todo esto y resumiendo las medidas profilácticas que mejoraran la calidad de vida del animal y reducirán en gran medida la posibilidad de una carga parasitaria superior a la que pueda soportar el animal son las siguientes:
1.- Lo más importante para evitar posibles reinfestaciones en reptiles en cautividad es una buena higiene de las instalaciones. Evitar acumulaciones de heces (sobre todo si hay poca ventilación y altas temperaturas y humedad), extremar la limpieza de los elementos utilizados, evitar la posibilidad de que exista agua contaminada en el terrario (eliminando rápidamente las heces o el agua en las que estén presentes) y mantener una higiene personal adecuada al tratar con estos animales.
2.- Reducir la posibilidad de estrés en los animales mantenidos en cautividad. Condiciones óptimas del terrario (temperatura, humedad, decoración, refugios, sustrato…), manejo adecuado…
3.- Proporcionar una alimentación adecuada y equilibrada. Intentando además conocer la procedencia de el alimento proporcionado, es posible que ratones, grillos, etc procedentes del campo sean portadores de algún parasito que podría afectar a los reptiles. Además hay que evitar “reofrecer” el alimento de unos animales a otros. Si una serpiente esta parasitada y el ratón que rechaza lo vamos ofreciendo a las demás podemos acabar propagando la parasitosis.
4.- Establecer periodos de CUARENTENA. Cuando llegue un nuevo animal nunca debe juntarse con los demás, más aún si procede de la naturaleza. Podría traer consigo enfermedades parasitarias o de otra índole.
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